Ciudades que siguen el ritmo de la modernidad, pero mantienen vivo con orgullo la historia milenaria. Lugares que se van transformando conforme el avance y el mestizaje de las culturas. Fusión cosmopolita con tradiciones de antaño.
Actualmente, las ciudades en el Perú se encuentran en un proceso de cambio y renovación. Muchos centros históricos se están recuperando y nuevas infraestructuras están siendo incorporadas.
Las capitales regionales o departamentales cuentan con todos los principales servicios de salud, accesibilidad, financieros. Incluso cuentan con centros comerciales y artesanales. También cuentan con una variedad de servicios de alojamiento, alimentación, operadores turísticos locales y museo.
Plazas y Monumentos Históricos
La variedad de culturas autóctonas, el mestizaje con el mundo hispano, así como el propio desarrollo de la cultura peruana, han dejado su testimonio en hermosas plazas y monumentos históricos que pueblan diferentes ciudades del país.
Conventos y Catedrales
Una de las principales herencias de la época colonial provino de la religión católica. Se construyeron iglesias en todo el país, y muchas veces sobre lugares sagrados dentro de la cosmovisión andina, con el fin de convertir al cristianismo a todo el pueblo indígena.
Varias ciudades del Perú aún conservan iglesias y/o conventos, joyas arquitectónicas de la colonia, con estilos europeos y elementos que expresan el mestizaje de ambas culturas.
Tanto en conventos como en iglesias es posible observar distintas manifestaciones artísticas correspondientes a distintas épocas y estilos. Algunas incluso cuentan con pequeños museos religiosos e impresionantes bibliotecas.
Museos
Los museos, testigos del pasado y guardianes de los tesoros culturales del Perú, son excelentes lugares para conocer la historia del país desde sus orígenes milenarios.
Los principales destinos y atractivos turísticos cuentan con museos de sitio, de historia, arqueología y etnografía, entre otros.
Casonas y Haciendas
Durante el Virreinato del Perú los españoles trajeron al nuevo continente el modelo de urbanismo europeo. Las nuevas ciudades fueron trazadas por cuadrículas o dameros, en los que correspondiendo las zonas más importantes correspondían a las más altas autoridades. Sucesivamente y en orden de jerarquía se distribuían los solares a los colaboradores de la conquista.
Es así que se inició la construcción de grandes casonas de arquitectura colonial, con patios centrales, amplios salones, grandes ventanales y hermosos balcones, que fueron denominadas según el apellido del propietario: Palacio de Torre Tagle, Casa Osambela, Casa Aliaga, entre otras.
Durante la colonia, las primeras formas de trabajar la tierra y la crianza de animales se concentraban en parcelas y granjas a pequeña escala. Luego, a mediados del siglo XVI, se forman las primeras haciendas, en la costa y en las zonas andinas, que se dedicaron al cultivo que traían de España como la caña de azúcar, la vid y el olivo, entre otros. Destacaban en las haciendas las grandes casonas de arquitectura colonial.